Escribir sobre el PSOE

La primera duda es si hacerlo o no. Si merece la pena, si tiene sentido, si sirve de algo.

Se puede estar perfectamente sin escribir una línea sobre el Partido Socialista. Tal vez este sea el mejor resumen de lo que trato de plasmar. Igual debería dar a publicar y terminar por hoy.

Pero también se puede estar bien escribiendo, comentando y reflexionando. Que no sea mi partido, ahora, no significa que logre abstraerme de su devenir, ni de sentirme tan ajeno, como quisiera, de lo que allí pasa.

Desde fuera, pero como observador interesado, no puedo ser optimista. Me llegan muchos esfuerzos por el control interno -menuda novedad, me dirán- y poco debate de fondo. Veo más informaciones sobre gente que se va, que lo deja, que se cansa que cualquier otra noticia.

Es como un partido cansado, pequeño, centrado en proteger lo que tiene aunque sea poco o no sepa bien qué supone. Parece que le pesa su historia -la buena-, que le tiene entumecido, cobarde.

Ofrecer el gesto a los pensionistas, por ejemplo, de subir sólo el 0,25 el sueldo de los políticos se me antoja poco para el partido que más años ha gobernado. Además, a eso también te va a ganar Podemos pidiendo que los sueldos bajen.

No está adaptado bien, todavía no ha salido de su sede, no ha entendido el nuevo juego político. Pedro sabe perfectamente cómo ser Secretario General, pero no logro saber si además, tiene alguna idea para que su partido sea algo más.

Volver a quejarse de las encuestas, de los medios de comunicación… No ha servido antes.

Doy por sentado que quiere mejores pensiones. También que quiere mejorar los sueldos.

¿Y?

Me está costando contar más cosas. No se qué más decir del PSOE. Supongo que hay buena voluntad.