¿Un Bigfoot piensa?

Leo que un tribunal decidirá si el Bigfoot existe. Si en base a las -escasas- «pruebas» aportadas ese tribunal decide que existe, entonces existirá.

Supongo que, además, esa existencia llevará a que se puedan pedir fondos públicos para su conservación, para su estudio y cosas similares. Lo supongo o lo quiero suponer, por darme a mí mismo una explicación racional.

El caso es que la existencia de este monstruo animal va a estar determinada por ley. Indistintamente de que realmente exista o no, ese tribunal va a dotarle -si decide afirmativamente ante la demanda de una «experta en bigfoots» (signifique eso lo que signifique)- de una presencia jurídica.

Hay quien dice haberlo visto, aunque desde que todos llevamos cámaras en el móvil apenas hay fotos nuevas, muchos creen en su existencia y está a paso de aparecer en textos legales reconociéndolo. Permítanme la comparación, pero hay religiones que tienen las mismas bases para demostrar la existencia de sus dioses.

En cualquier caso no quiero seguir por esa vía, porque esta pretende ser una reflexión breve. Con lo que quiero quedarme es con la determinación de una existencia por la decisión de un tribunal.

El resto queremos creer que existimos porque pensamos, aunque a muchos no les venga mal tener por si acaso algún documento legal que lo acredite, pero ¿podemos pedirle lo mismo a un Bigfoot?

Dirán que estoy desbarrando demasiado. Creo que sí, pero el trasfondo sociológico de la existencia me atrapa demasiado a esta noticia.

Al fin y al cabo aquello que se percibe como real es real en sus consecuencias, así que el Bigfoot -exista o no- tiene consecuencias reales, probablemente además las acabe teniendo en forma de subvención. Pocas consecuencias hay mejores a una existencia.

Termino. Porque igual existe. Es más, puede que piense tanto como para no querer que los humanos tengamos el más mínimo contacto con él. Pero está a un paso de que no se nos escape, de que entre en nuestro proceso burocrático, de que alguien pueda denunciarle por haberle ofendido con su largo pelo.

Igual hasta tiene Twitter.