Un futuro mejor

Llevaba hambre, una guerra y cansancio por todo su cuerpo. Todo eso que no sale en unas analíticas que, para su edad, estaban casi perfectas.

Su nieta lo estaba pasando mal. La escuchaba quejarse los contados domingos que acompañaba a su madre en esas comidas que pendían de un hilo, que durarían tanto como su salud. Dos años siendo de todo y nada; cajera, camarera, becaria en algún sitio y algo de una tienda online. Para eso le dio un poco de dinero, prestado, según decía ella justificándose en unas tablas de crecimiento económico que no contaban con una esperanza de vida realista.

Fue el único gasto propio en años. El primero que salía del círculo vicioso del ingreso del estado para volver vía impuestos, tras pasar por la farmacia. Pero parecía que tampoco estaba funcionando como prometía.

Dormía la siesta cuando lo escuchó. Tan dormido como la había dormido siempre, para poder colarse en esas conversaciones que sin su ausencia no llegaban. Casi nadie compraba y las culpas se repartían. Su hija, la madre, reprochaba como él hizo durante años. Usando casi las mismas palabras. El portazo fue cosecha propia.

Aprovechó la excusa para abrir los ojos y acompañar a su nieta en ese salón todavía tembloroso por el golpe.

-Toda la vida enseñando que no se dan portazos y mira…

Fue muy insuficiente la sonrisa lograda. Ni se alzó como debía ni duró como para curar. Sabía que para ella él siempre había sido poco, siempre muy mayor, siempre muy cansado. Afecto, pero no mucho más y sin tiempo para arreglarlo.

-¿No ha salido bien lo de aquella empresa? -quiso probar.

-No, pero te prometo que te devolveré lo que me prestaste -respondió entre lágrimas secas.

-No recuerdo haberte dejado nada, eso son cosas de tu madre -esperó a que ella lo mirara para que el guiño de su ojo no se perdiera en la nada.

-Gracias abuelo. Pero es que no hay forma, todo sale mal, todo es una mierda.

Tenía bastante razón. En general todo era bastante mierda. No tener trabajo era una mierda, pero el que él había tenido toda su vida también lo era. Y la mayoría de ellos.

-Pues un poco sí…

-Pues se supone que no debería ser así, que el futuro que nos esperaba iba a ser mejor.

-No hay ningún motivo para que así sea. Siempre he escuchado hablar del futuro como si ya estuviera ahí, listo, preparado para llegar a él como Colón en América. Como si el futuro se construyera a sí mismo, independientemente de nosotros. Pero resulta que no, que ese futuro no se prepara para nuestra llegada teniendo todo listo y solucionado. Lo hacemos nosotros, así que acaba teniendo los mismos errores, los mismos odios y la misma mierda…

-Pero…

-Que si no quieres que el futuro sea una mierda, no hay más remedio que ponerse a limpiarla hoy.