Ser los más ricos

No entiendo el uso que muchos quieren dar a la riqueza.

No les sirve para vivir mejor, para poder estar más tranquilos, para aprovecharla formándose, viajando, ayudando.

Nada de eso. La riqueza parece tener exclusivamente la necesidad de seguir siéndolo. Ser ricos para seguir siendo ricos. No encuentran más objetivo, no les sirve para otra cosa.

Y es una pena. Porque tener el dinero suficiente debería ser algo parecido a libertad y a posibilidad de pensar en otros. Cuando no se tiene nada toca ir a lo mínimo, pero cuando sobra -por eso sobra- se debería poder dar.

Pienso en Europa y en Estados Unidos. Son ricos. Lo somos.

Y sólo estamos preocupados por seguir siéndolo. Porque ser rico sólo se puede seguir siendo si cada día se es más que el anterior. De esa forma nos olvidamos de que la riqueza es excedente. No hay un rico fijo, el rico va a más.

En Europa tenemos de sobra para salvar a un Aquarius al día. O más. En Estados Unidos tienen como para dejar de separa a niños de los brazos de sus padres para meterlos en jaulas.

Básicamente porque para cualquiera de estas cosas ni siquiera hace falta riqueza. Pero la tenemos.

Podríamos hacerlo sin nada, pero tenemos para gastar lo que sea necesario. En el peor de los casos, cuantitativamente hablando, puede que un día amaneciéramos un poco menos ricos que el anterior. Habríamos gastado lo que nos sobra en quienes les falta.

Menuda tragedia para algunos. No solo no seguirían ganando, sino que además tendrían que ser tan ricos como lo fueron ayer y no como habían previsto para mañana. Drama.

La riqueza es una sobra, es un excedente, es una bolsa de inversión. Tener más de lo necesario significa literalmente eso. Y a la vez es imprescindible.

Necesitamos ricos, es un éxito que nos sobre algo en un mundo en el que todo es limitado. Ese es el éxito de nuestra especie, que nos sobren tantas cosas.

El siguiente paso es aprender la mejor forma de que esos excedentes sirvan para algo más que para la propia acumulación.