No era Macondo, pero alguna vez quisieron que lo fuera. Apenas quedaban ya paredes blancas, porque no había demasiados techos que sostener. Los marcos de las puertas señalaban lugares e invitaban a imaginar estancias de […]
No era Macondo, pero alguna vez quisieron que lo fuera. Apenas quedaban ya paredes blancas, porque no había demasiados techos que sostener. Los marcos de las puertas señalaban lugares e invitaban a imaginar estancias de […]